PIRATAS RICOS Y ESCRITORES MUERTOS DE HAMBRE

En 2017 publiqué la novela “El imperio de los leones” en la editorial Alrevés, en catalán y en castellano. Se trata de una de mis mejores novelas negras, surgida de la investigación que realicé para el máster de Historia del Mundo en la Universitat Pompeu Fabra. Por aquel entonces (2011) andaba yo resulto a demostrar una obviedad: que la literatura en general -y la novela negra en particular- es una fuente de primer orden para el estudio de la historia, puesto que no hay ninguna novela que no sea fruto de su tiempo (con lo que los estudios de historia cultural están más que justificados) y porque además las novelas realistas ofrecen una información social de primer orden sobre una época determinada. En la tesina descubrí una banda de delincuentes de Lyon que luego se convirtieron en un clan y que demostraron que el poder no tiene límites: mientras controlaban los negocios ilegales de la segunda ciudad francesa, especialmente prostitución y en menor medida el hachís, se hicieron con un imperio inmobiliario en la Costa Brava construyendo apartamentos, hoteles, pizzerias, restaurantes y discotecas y convirtiéndose en respetados empresarios. Esa es la base de la novela.

La publiqué y llegaron los resultados. El libro ganó el premio a mejor novela escrita en catalán del festival Valencia Negra y obtuvo muy buenas críticas. Las ventas en castellano nunca fueron gran cosa y siempre me pregunté por qué. Ya se sabe que, tradicionalmente, las novelas traducidas del catalán al castellano no funcionan demasiado bien, pero en esta ocasión el libro salia simultáneamente, en una de las editoriales prestigiosas para el género negro y las críticas fueron muy generosas. De acuerdo, se vendió poco.

Hoy he visto Les Lyonnais en internet. Me he despertado de madrugada y he visto que la magnífica película de Marechal se había incorporado al catálogo de una plataforma y la he mirado y he recordado que era una de las películas que me inspiraron la novela. Y he vuelto a preguntarme por qué las bajas ventas. He hecho algo de egosurfing y entre las primeras 100 entradas de google he descubierto hasta 8 páginas web en las que puedes descargarte gratis el libro. Una de ellas indicaba que la última descarga había sido hacia 16 días. En otra hace 12. Tres tienen contador de descargas, en una superaba las 3.500 y en otras dos superaba las 1.500.

He calculado que, en total, se pueden haber bajado el libro entre todas las plataformas unas 10.000 veces, una auténtica barbaridad para un escritor mindundi. No quiero ni pensar en la cantidad de descargas de los grandes escritores. Pero esas diez mil descargas habrían supuesto convertir un libro poco conocido en un libro con unas ventas medias más que dignas. Yo he perdido más de 15.000 euros en derechos de autor de ese libro. La editorial ha dejado de facturar más de 66.000 euros. Y seguramente no pasará nada y se continuarán pirateando libros  una vez y otra hasta el infinito y más allá. Y mientras los piratas se enriquecen, los pobres autores, que siempre hemos sido el escalón más débil de la industria editorial, nos vemos abocados a una precariedad sin fin.

Por supuesto tenemos la piratería, pero también tenemos otro acto de piratería, en este caso de tipo institucional: en España no se cobra canon por préstamo en las bibliotecas, como sí se cobra en la gran mayoría de países europeos. Puedo asegurarles que, especialmente en su versión catalana, el libro ha salido muy a menudo de los estantes. Y que, excepto el 10% de la venta de esos ejemplares que están en las bibliotecas los autores no hemos visto ni un duro, algo totalmente injusto.

Estaría bien que las instituciones multen y castiguen severamente la piratería -en Estados Unidos implica pena de prisión- y que con ese dinero empiecen el fondo para pagar el canon por préstamo bibliotecario. Pero claro, eso sería preocuparse por la cultura y en fin, que la liga vuelve en un par de semanas…

https://blogs.publico.es/la-oveja-negra/2018/01/21/el-imperio-de-los-leones-el-siniestro-encanto-de-la-mafia/

http://lasoledaddelcorredordefondo.blogspot.com/2019/04/literatura-el-imperio-de-los-leones-de.html

Reseña: “El imperio de los leones”, de Sebastià Bennasar

https://www.anikaentrelibros.com/el-imperio-de-los-leones

http://crucedecables.blogspot.com/2016/12/el-imperio-de-los-leones-sebastia.html

http://volveremosamacondo.blogspot.com/2017/02/el-imperio-de-los-leones.html

 

 

https://www.abrirunlibro.com/2017/01/el-imperio-de-los-leones/

 

La literatura de proximitat fa urticària?

Va haver-hi un temps en què a les cases feia bo dir que s’havia menjat sushi, bou a la borgonyona, mussaka o penne rigate. I que, per descomptat, es bevia Rioja, Ribera del Duero, Rueda o Albariño. Fins i tot, durant molt de temps es va popularitzar el Mateus Rosé, un vi portugués que tenia el seu què però que ara no aguanta cap comparativa (encara que sempre és millor que el Lambrusco dolent que els estudiants universitaris descobreixen als vint i pocs anys com qui sap què atrets pel seu preu baix i origen forà). Semblava que dir que es gaudia amb una arròs de mar i muntanya, un fricandó o unes mandonguilles amb sèpia feia pobrejar. Igual que els Empordà, Alella, Montsant, Binissalem, Pla i Llevant o Priorat. Superades les barreres mentals i reivindicades les nostres delicies gastronòmiques i vinícoles -ara poden conviure a la perfecció, aquestes barreres encara han quedat incrustades en l’imaginari col·lectiu pel que fa a la literatura, on sembla que tot el que ve de fora és millor que el que tenim a a casa nostra.

En uns moments en què la importància del producte local i de proximitat és un afegit important, per què no optem per protegir també la nostra indústria (això no vol dir que deixem de llegir traduccions ni que se’n deixin de publicar, que ningú no em mal interpreti) promocionant i promovent el consum dels nostres escriptors? i no entraré en dictaminar si s’han de promocionar només els excelsos i els bons, no, s’han de promocionar tots els nostres escriptors, inclosos els objectivament dolents, perquè també ens cal literatura dolenta en la nostra llengua per ser normals (de producte de proximitat també n’hi ha de dolent, no fotem).

Crec que seria fonamental que les campanyes especials que es puguin fer per salvar llibreries i indústria del llibre haurien de contemplar aquest fet: que es comprin llibres d’autors nostrats per també, de retruc, salvar-nos a nosaltres, que som la matèria prima. Així, envaïnt massivament les llibreries amb els nostres llibres, però també fent que els periodistes en parlin, treient-los a la tele i encomanant la seva lectura aconseguirem que es puguin revaloritzar tant com en el seu moment ho feren les menges nostrades i els vins del país. Només així aconseguirem sobreviure, perquè de moment a molta gent sembla que la literatura de proximitat els faci urticària.